Atajate esta

Nadie en su sano juicio discutirá la necesidad de contar con un golero confiable si hay pretensiones de pelear por arriba o por abajo en cualquier torneo.
El arquero, sórdido personaje que no suele ganar protagonismo en el juego salvo en algunas tcopas y a la hora de los penales, es clave en la conformación de un team con ambición de ganar cosas.
Tan cierto como que la inflación se come primero a los mas pobres, una sola falla del arquero te caga un partido, un campeonato, una vida.
Ejemplos sobran.
Sin ir mas lejos, a Victoria digamos, uno de los equipos grandes de la Argentina sufre la ausencia de un guardameta que, como mínimo, no ayude a los delanteros contrarios a ser figuras en el Gran DT.
El resto del mundo futbolero no es ajeno. Los brasileros que atajan en Italia son horrendos. Deben ser representados por algún famoso que debutó con un pibe y quizás por eso están en los planos mayores.
Algunos dicen que Boca echó a su arquero por no querer atajar en un clásico.
A Juanpi (?) Carrizo la camorra romana lo quiere velar antes de morir.
En el cierre del torneo anterior, un arquero fashion salto para abajo y le entró una masita por el ángulo del palo que cuidaba.
Hasta el mejor de la Argentina alguna que otra bocha te suelta (Mariano, igual nunca olvidaremos la atenazada en Vélez, 10 segundos antes del final).
Para no ser malos entre nosotros, no todas son pálidas. El Gato Sessa parece intentar seguir el camino de Chilavert. En el aspecto físico va bien aunque le faltan algunos kilos para el objetivo. En el rubro deportivo anda derecho: sus actuaciones le permiten al vecino local, por ahora, esquivar una angustia conocida.
Ya en el final del sesudo (?) análisis, un pedido, que digo un pedido, una orden para Don Julio Humberto: los arqueros deben llevar si o si el Nº 1.
Basta de modas locas en el fóbal.